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Mostrando entradas de febrero, 2019

El derecho a soñar según Lenin y Lenin

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En ¿Qué Hacer?, Lenin cita un artículo de Pisarev, “Errores de un pensamiento en agraz”, para argumentar sus posiciones que van en contra de la mayoría del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Dicha obra y artículo en definitiva son en pos de romper definitivamente con los mencheviques. Lenin utiliza el artículo de Písarev para acusar a los socialdemócratas   de apegarse demasiado a la “realidad”. Crítica bastante acertada, pero muy absolutista como veremos. Para Lenin, los socialdemócratas eran unos falsos sensatos y planteaba para contrarrestarlos   un partido revolucionario que lograra recuperar parte del sueño despierto de los hombres para no caer en ningún seguidismo ni continuar con la inmovilidad que impone la sociedad capitalista. Es esto lo que recupera Ernst Bloch, quien utiliza esta mención de Lenin para ejemplificar que   el marxismo como teoría sería la primera en proponer que se puede soñar despierto y traspasar la realidad autoimpuesta por la modernidad

La deformación de la dictadura del proletariado: Lenin en el Poder

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En Estado y Revolución, Lenin utiliza el concepto de “dictadura del proletariado” de una manera distinta al de Marx.   Para disimular la desviación, Lenin recurre a argumentos polémicos. Dice que no se podría estar a favor de la dictadura del proletariado en la teoría y asustarse en lo que significa en la práctica. De nuevo la defensa de siempre, el que critica sería un intelectual pequeñoburgués. Pero aquel concepto reelaborado por Lenin, la dictadura del proletariado, tenía serios problemas para la construcción del socialismo. Para Lenin la dictadura del proletariado   hacía referencia también a la dictadura sobre los obreros corrompidos por el capitalismo. Algo que choca de pleno con la sustancia de Estado y Revolución, obra que plantea la extensión y la ampliación máxima de las libertades para el proletariado como clase. Esta deformación del concepto de Marx se puede ver de forma más clara y contundente cuando en 1918 escribe   “Las tareas inmediatas del poder soviético  (

Cómo la GPU reventó a uno de los más eruditos ucranianos

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Los bolcheviques y sus defensores modernos suelen hablar del servicio de contrainteligencia soviético (Cheka, GPU, etc.) de una manera muy, pero muy liviana. Se suele "defender" aquellos crímenes con el siempre y ponderado "contexto" de guerra, sin nunca detenerse en la gravedad del peligro de los medios con que se da pelea en la guerra que dicen librar. Pero caracterizar a una institución como la Cheka o GPU, dependiendo de las posiciones tomadas por cada caracterizador no sirve más que para marcar las diferencias políticas sobre los interlocutores. La cuestión central para quien realmente quiere comprender el valor y la esencia de lo que fueron aquellas prácticas políticas que se consideraron -y se consideran todavia- revolucionarias, es analizar  qué fue realmente aquel  método y los principios que rigieron una institución parapolicial (no solo militar) que podía meter preso o fusilar a quien quisiera. Utilicemos como caso testigo el del máximo eru

Cahiers du monde russe, una revista que se especializa en la historia rusa.

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Cahiers du monde russe  , una revista interdisciplinaria,    cubre la historia política, social, económica y cultural (especialmente literaria) del Imperio ruso desde sus orígenes hasta 1917, luego desde la URSS y finalmente desde los diferentes estados que provienen de él.  En la actualidad, se dedica un lugar importante al estudio de las prácticas de poder en el trabajo durante el período soviético.  Se favorecen los estudios basados ​​en archivos de reciente acceso.   Una de las originalidades de la revista es la parte importante otorgada al estudio del Imperio y la URSS en sus componentes nacionales, religiosos y culturales.  Casi un tercio de los artículos están dedicados a áreas particulares de la antigua URSS: el Cáucaso, Asia Central, Tatarstán y Crimea ...   Los artículos e informes se publican en francés, ruso o inglés.  La revista se beneficia de una red activa de corresponsales en Francia y en el extranjero.  Cada último número anual dedica una gran parte al examen

Carta secreta (con sentencia prejudicial incluída) de Lenin al Buró

El hambre fue una de las armas más letales de los bolcheviques para liquidar a toda oposición. Se cuenta que para el verano ruso de 1922 la hambruna llegó a su apogeo, la cual  afectó a 30 millones de personas. Para esas fechas surge un decreto que dictamina la confiscación de todos los objetos preciosos de las iglesias para con la recaudación ayudar a los hambrientos. En un contexto mortal, donde miles se suicidan por el hambre, aparece el canibalismo o no les queda otra que la rebelión, Lenin sin ningún tipo de ética ni moral (si fueran revolucionarias tenemos graves problemas) aprovecha la circunstancia (el hambre)  para seguir apuntalando el poder bolchevique y tejer las redes del poder.  Observemos cómo Lenin instaura la idea de "justicia revolucionaria" a través de sentencias previas que comunicaba a través de cartas secretas. EL poder de vida o de muerte estaba en la pluma de Lenin y de los demás miembros del Comité Central , quienes  se arrogaban la conducción

Según el bolchevismo, una falta en el trabajo puede ser motivo de represión.

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Los leninistas y troskistas modernos intentar justificar los crímenes cometidos por sus líderes con la reduccionista   dicotomía revolución/contrarrevolución (por ejemplo, en una lectura como esa deja afuera e impune al partido bolchevique, como sino pudiera entrar la tesis de que la contrarrevolución pudiera estar en el propio seno del partido) . En todo caso, cualquier revolución tendrá siempre que enfrentar los problemas de la invasión, del acogotamiento de la economía por países capitalistas, etc. Es decir, no hay forma de esperar que el capitalismo no tome medidas frente a nuevos proyectos políticos que pretendan superarlo. En ese sentido, los bolcheviques modernos siguen defendiendo las mismas prácticas políticas de sus antecesores sin cuestionar en lo absoluto lo contraproducente para los fines que dicen perseguir: la igualdad y la libertad de los oprimidos y explotados. Nada de eso se puede alcanzar con semejante proyecto. Por lo que seguir defendiendo esas tradiciones

El partido bolchevique, ni partido campesino ni obrero, es un partido de iluminados.

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El partido bolchevique no era un partido obrero, era un partido que usaba a los obreros para llegar al poder y hacer la supuesta revolución socialista que nunca llegó. Veamos. "Del 8 al 11 de junio de 1918, Dzerzhinsky presidió la primera conferencia pan-rusa de chekas, a las que asistían un centenar de delegados de cuarenta y tres seccionales, que totalizaban ya unos doce mil hombres -serán cuarenta mil a finales de 1918, más de doscientos ochenta mil a inicios de 1921-. Afirmándose por encima de los soviets, e incluso por encima del partido, señalaron algunos bolcheviques, la conferencia declaró que asumía en todo el territorio de la república el peso de la lucha  contra la contrarrevolución, en su condición de órgano supremo del poder administrativo de la Rusia soviética. El organigrama ideal adoptado como consecuencia de esta conferencia ponía de manifiesto el vasto campo de actividad transferido a la policía política desde junio de 1918, es decir, antes de la gran olead

Los bolcheviques defienden los soviets... solo cuando no votan en su contra.

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El partido bolchevique hace gala siempre (hasta hoy) de su reivindicación del poder los soviets, como muestra irrefutable de su política correcta frente a la lucha hacia el comunismo. Pero lo correcto es decir que los bolcheviques solo lo reivindican si dichos soviets se ajustan a la linea del partido. La historia demuestra que los que se opusieron a la misma terminaron mal. Veamos un ejemplo paradigmático, lo ocurrido el 11 de julio de 1918, pleno comienzo de la guerra civil con un terrible desorden de distribución en puertas. Cuando el triunfo de la revolución de 1917 esperanzaba a las masas históricamente oprimidas y explotadas para poder hacer por fin su propia experiencia en la toma de decisiones sobre el destino de sus vidas y de su propio presente, aún con los enormes problemas que acarreaba empezar la destrucción progresiva del viejo orden social para colocar los primeros ladrillos del nuevo edificio libertario, los bolcheviques se arrogaron todo el poder y ocuparon el lug

Lenin y su amor por el capitalismo de Estado

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El 29 de abril de 1918, Lenin tomó la palabra en La Reunión del CEC de toda Rusia. Allí dio su informe sobre las tareas inmediatas del poder soviético. Lenin, con su acostumbrada pluma cínica, dejaba en claro que la revolución bolchevique era una revolución burguesa, pero comandada por un partido “proletario”. La historia de la Revolución rusa es fascinante por sus delirios de grandeza. Lenin se cansó de ningunear las críticas del arco socialista, y cuando no pudo camuflar más sus posiciones oportunistas, no dudó en demostrar que el bolchevismo era pura demagogia. Señores, Lenin lo dijo antes de la toma del poder y luego ya en él: LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE SIEMPRE BUSCÓ LOGRAR INSTALAR UN CAPITALISMO DE ESTADO. Leamos en el tomo XXIX de sus obras completas aquel jugoso informe de Lenin: “Lo mismo que puede observarse en cuanto a los problemas internos con el grupo de comunistas de izquierda, quienes repiten los principales argumentos que se emplean contra nosotros desde

Martov anticipó la locura bolchevique

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El segundo congreso panruso de los soviets, el más democrático e importante de todos los tiempos según lo que nos informa Trotsky en su Historia de la Revolución rusa, tuvo como uno de los emblemas la abolición de la pena de muerte impuesta por la barbarie zarista y mantenida por Kerenski, así como la restitución de la libertad total de agitación política como la libertad de todos los presos por opinión. Pero aquello solo fue un paso obligado para la toma del poder y que una vez logrado y eliminada toda oposición bolchevique, se encajonaría para nunca más volver. En 1918, Trotsky se presentó como único testigo para sentenciar a muerte a Alexey Schastny, comandante naval   de la Flota del Báltico, a quien no le dieron chance de presentar al suyo. Pero Trotsky no era cualquier testigo, no solo era comisario de guerra y presidente del Consejo superior, sino que era nada menos que un   miembro del comité central del partido bolchevique y, por tanto, una de las cabezas de la Cheka

Los provocadores profesionales del partido bolchevique

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La cárcel de Butyrka (Moscú) es una de las más crueles de la historia. Debe ser una de las pocas prisiones del mundo en la que los presos se "rehabilitan" en cuestión de días y  se convierten en  "justicieros".  De allí salieron muchos de los agentes de la Cheka que luego impartirían "justicia" revolucionaria por toda la URSS. En 1920  y 1921 se calcula que de esta prisión de 150 prisioneros  el 40% había recibido el ofrecimiento de hacerse agentes secretos  de la Cheka, muchos de ellos, por supuesto, mediados por la condena a muerte que pesaba sobre sus cabezas.  Cuando Lenin y Trotsky  hablan de que utilizaban legítimamente la violencia revolucionaria contra obreros y campesinos desconocen un dato  más que trascendente para su legitimidad, la de que el ejercicio de la violencia la utilizaba un organismo secreto (la Cheka) y que, además,  estaba integrado por verdaderos provocadores profesionales (en la actualidad es chistoso que la militanci

Lenin y su aporte al funesto artículo 58 del código penal de la URSS.

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 Veamos cómo contribuía Lenin a dejar las bases jurídicas para perseguir a toda oposición al partido bolchevique, que no necesariamente era contrarrevolucionaria y que, además, dicha oposición tuvo una inmensa cantidad de obreros y campesinos como revolucionarios valiosos.  Esto escribía Lenin a Kurski frente a los juicios que empezaban a solicitarse por la comunidad internacional y que obligan a la URSS a crear su legislación penal inexistente luego de la toma del poder:  "A mi entender, hay que ampliar la aplicación de la pena de muerte... (conmutable por la expulsión al extranjero) para penar todo género de actividad menchevique, eserista, etc.; debemos hallar una fórmula que establezca una relación entre estos hechos delictivos y la burguesía internacional ». En otra carta Lenín escribía:  "A modo de complemento a nuestra conversación le envío un bosquejo del párrafo que hay que añadir al Código Penal... Espero que pese a todas las deficiencias del b