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Mostrando entradas de abril, 2019

La dictadura del proletariado, según Lenin

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En el texto de Lenin llamado “Las elecciones a la Asamblea Constituyente y la dictadura del proletariado” (Tomo 32 de sus Obras Completas) nos encontramos con la versión leninista de dictadura del proletariado, la cual no es más que la reducción de la clase obrera a un partido, el cual sería el único encargado de llevar adelante la “dictadura” contra todo aquel que no tenga sangre bolchevique. El proletariado, para Lenin, no es la clase obrera, sino los obreros que hayan probado su bolchevismo frente al Comité Central del Partido, el resto, incluso sean estos obreros, no tienen vela en el entierro de la burguesía. Lenin, aun reconociendo que se sigue viviendo en un mundo capitalista considera que la dictadura de una minoría podría utilizar al Estado para imponer una especie de verdad proletaria a toda la población (cuando habla de nuevo Estado solo lo hace apoyándose en Marx pero nada ha cambiado con respecto a la institución Estado). Pero no veía el problema que estaba causando

Las tareas del partido y las tareas del proletariado

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Lenin escribió el folleto Las tareas del proletariado en nuestra revolución como el proyecto de plataforma del partido, que para ese entonces (marzo de 1917) se llamaba Partido Obrero socialdemócrata bolchevique. Aquí se puede observar que Lenin empezaba a embarrar la cancha, preparando las bases para la futura dictadura de partido. Para el líder de la revolución rusa, la democracia era una mala palabra, y solo tenía asidero en el régimen burgués. Luego de la toma del poder y con algunas medidas “proletarias”, la democracia en Rusia iba ser disuelta por el comité central del partido. Para Lenin la democracia era solo una forma de dominación de la burguesía, por lo que el proletariado en su supuesta dictadura iba a perder la posibilidad de decidir democráticamente sobre su destino. Es significativo este pasaje para ver que una dictadura como la que planteó Lenin siempre fue la del partido, la de una vanguardia por sobre los miles de obreros y campesinos. Si ya no era necesario u

La utopía reaccionaria bolchevique

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Como bien lo expresa el Grupo Internacionalista Comunista, si el capitalismo es ingobernable por el carácter anárquico del capital, los bolcheviques intentaron un imposible: gobernar al capital. Los bolcheviques, con Lenin a la cabeza (no hay que olvidar esto último), nunca entendieron que el capitalismo podía prescindir del capitalista particular, especialmente cuando tiene a su merced a tan buenos bolcheviques que podían acelerar la tasa de explotación como nunca se había hecho con los Zares Los bolcheviques no son ni los héroes ni los villanos de la historia, tal como lo ven (suprahistóricamente) los historiadores y organizaciones políticas. Son en realidad el producto y el agente principal de la contradicción revolución-contrarrevolución: Hemos visto que, a pesar de la insurrección proletaria de octubre de 1917, que forma parte de la más importante ola revolucionaría internacional que hemos conocido, no hubo una transformación anticapitalista (socialista, comunista) d

Lenin, un referente de la contrarrevolución

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¿Polémico el título? No, para nada, sincero y necesario para dejar a un lado a proyectos políticos que nada tienen que envidiar los proyectos socialdemócratas. Lenin pretende controlar el capitalismo gracias al control de los aparatos estatales, pero olvidando lo que Marx enseñó:  es el capital el que controla el Estado y no la inversa. Entonces, para los que  nos hablan del marxismo soviético, pues bien, tenemos de sobra para criticarlos  de tergiversación bolchevique del marxismo , que permitió el desarrolló del capitalismo en Rusia y obturó el paso al socialismo, como se lee de la propia pluma de Lenin: "¿Es posible combinar el Estado soviético y la dictadura del proletariado con el capitalismo de Estado? ¿Son compatibles? Por supuesto que sí. Esto es exactamente lo que traté  de probar en mayo de 1918. Espero haberlo probado. Probé también que el capitalismo de Estado es un paso adelante comparado con el elemento pequeñopropietario.- [...] Todo el problema -tanto teó

Los bolcheviques como agentes del capital

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Es cierto que los bolcheviques en los comienzos de la revolución rusa no habían podido leer Los Grundrisse de Marx, los cuales recién aparecieron publicados en 1939, pero lo que extraña es que los bolcheviques “modernos” todavía sigan sosteniendo que en Rusia hubo “socialismo”. Leamos a Marx y observaremos que Lenin, Trotsky y Stalin han tergiversado sus ideas hasta un punto que es irreconocible y que se pasan al bando refomista (socialdemócrata), pero obviamente con el camuflaje de “ marxista revolucionario”. Bien vayamos a Marx: “El valor de cambio separado de las mercancías y existiendo junto a ellas es el dinero. Todas las características de la mercancía como valor de cambio aparecen en el dinero, como en un objeto diferente de ella, en una forma de existencia social, separada de su forma de existencia natural. [...] De la misma manera que es imposible superar las complicaciones y contradicciones que proceden de la existencia del dinero junto a las mercancías particulares

El Partido Bolchevique como símbolo de la burocratización

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La revolución rusa presentó innumerables problemas de fondo, pero uno de los más importantes y que significó la dinamitación de los recursos para avanzar hacia el socialismo fue nada menos que la maquinaria del partido. Lenin, para muchos, un converso a la causa democrática del partido luego de su progresiva muerte política a causa de su deterioro de su salud, no fue más que otro agente de la terrible maquinaria partidaria bolchevique. Veamos cómo estaba aceitada la maquinaria del partido desde antes de Stalin: El Partido Bolchevique tenía un secretariado general, el cual designaba a los secretarios que encabezaban las organizaciones partidarias locales y también podían despedirlos si mostraban inclinaciones facciosas indeseables. A su vez, las organizaciones partidarias locales elegían delegados a las conferencias y congresos nacionales del partido, y se hizo cada vez más frecuente que los secretarios fuesen elegidos habitualmente como cabezas de la lista local de delegad