Las sociedades hidráulicas de Wittfogel, un aporte para comprender lo errado de Estado y Revolución de Lenin



Para comprender el argumento de que la revolución rusa significó un injerto capitalista al estilo occidental de dimensiones bestiales por lo forzado de llevar a término la tareas democrático-burguesas, abandonando con ello la otra salida revolucionaria que muchos vieron para Rusia debido a su peculiar trasfondo socioeconómico y que Marx incluso alertó en varias oportunidades sobre esta vía que abría el asianismo, es necesario estudiar aquel periodo previo, especialmente a las sociedades orientales. Es imposible y nada dialéctico hablar de política sin tener bases materiales desde donde razonar. En este libro de Wittfogel se puede verificar la gravedad del error de Estado y Revolución de Lenin y todas las políticas que intentaron dibujar un socialismo que nunca fue. El capitalismo de corte occidental fue muy estudiado, no así el regimen asiático y menos el semiasiático que en definitiva fue la Rusia zarista. Por eso muchos intentan seguir forzando la teoría marxista a coyunturas insalvables y que solo pueden responderse reconociendo sus realidades y no los deseos utópicos que luego se volvieron reaccionarios como lo fue en la Rusia bolchevizada.

Aquí una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en este libro necesario:


"El denominador común de las distintas sociedades orientales se revelaba de un modo conspicuo en la fuerza despótica de su autoridad política. Por supuesto, en Europa no eran desconocidos los gobiernos tiránicos: la ascensión de la égida capitalista coincidió con la aparición de los estados absolutistas. Pero los observadores dotados de sentido crítico vieron que el absolutismo oriental era en última instancia más completo y opresivo que su contrapartida occidental. Para ellos el despotismo ‘oriental’ ofrecía la forma más dura de poder total.
Los estudiosos de la teoría política, como Montesquieu, se ocupaban ante todo de los efectos coercitivos del despotismo oriental sobre la personalidad, mientras que los estudiosos de la economía se ocupaban de su organización administrativa y de la propiedad. Los economistas clásicos estuvieron particularmente impresionados por las grandes obras hidráulicas conservadas para fines de riego y comunicación. Y se dieron cuenta de que virtualmente en todo Oriente el gobierno erar el propietario mayor […]
Durante tres décadas estudié las estructuras institucionales del despotismo oriental; y durante gran parte de ese tiempo creí oportuno designarla ‘sociedad oriental’. Pero cuando más avanzaba mi investigación tanto más noté la necesidad de una nueva nomenclatura. Al distinguir, como yo hacía, entre economía agrícola, que implica un riego a pequeña escala (hidroagricultura), y la que implica obras de gran escala y dirigidas por el gobierno de irrigación y de control de inundaciones (agricultura hidráulica), llegué a la conclusión que las denominaciones ‘sociedad hidráulica’ y ‘cultura hidráulica’ expresan con más propiedad que los términos tradicionales las peculiaridades del orden que discutimos. La nueva nomenclatura, que destaca la acción humana sobre la geografía, facilita la comparación con ‘sociedad industrial’ y ‘sociedad feudal’. […]
También indico cómo los aspectos mayores de la sociedad hidráulica se entrelazan en un sistema dinámico vigorosamente funcional e institucional.
Este sistema dinámico constituye un nexo geo-institucional que se parece a la sociedad industrial en cuanto que un área nuclear limitada afecta de modo decisivo a las condiciones de las áreas más extensas intersticiales y periféricas. En muchos casos estas áreas marginales están políticamente relacionadas con áreas nucleares hidráulicas; pero también existen independientemente. De un modo manifiesto las instituciones organizadoras y adquisitivas del estado agrodespótico se extienden sin instituciones hidráulicas que, a juzgar por los datos disponibles, cuentan para la génesis de todas las zonas históricamente significativas del despotismo agrario. La intelección de las relaciones del núcleo y el margen de la sociedad hidráulica –fenómeno entrevisto por los analistas pioneros- es crucialmente importante para la comprensión de la Roma occidental, más tarde Bizancio, la cultura maya, y la Rusia postmogólica, zarista.
En cuanto a la propiedad privada, los primeros institucionalistas se contentaban con indicar que el estado oriental controlaba los medios de producción estratégicos, y la tierra cultivada, lo que era más importante. La situación real es mucho más complicada y, desde el punto de vista del caudillaje social, mucho más desconcertante. La historia muestra que en muchas sociedades hidráulicas existía una propiedad privada activa (productiva) muy considerable; pero también muestra que el desarrollo no amenazaba los regímenes despóticos, dado que los detentadores de la propiedad, como tales, se mantenían desorganizados y políticamente impotentes.
Sin duda, se ha dicho mucho sobre la propiedad privada  en general y demasiado poco sobre la propiedad fuerte y débil, y sobre las condiciones que promovían estas formas. El análisis de las variables de propiedad privada en la sociedad hidráulica determina las limitaciones de la propiedad privada no burocrática (y burocrática) bajo del despotismo oriental. Sus resultados contradicen la creencia de que prácticamente toda forma de planificación estatal que pretende ser benevolente, es preferible al predominio de la propiedad privada, una condición que el moderno folklore sociológico juzga más repudiable. […]
Nuestra investigación analiza los patrones de clase en una sociedad cuyos caudillos son los poseedores del poder despótico estatal y no los propietarios privados y hombres de empresa. Este método, además de modificar la noción de lo que constituye una clase dirigente, conduce a una nueva evaluación de fenómenos como el señorío de la tierra, capitalismo, hidalguía y gremio. Explica por qué en la sociedad hidráulica existe un señorío burocrático y una hidalguía burocrática. Explica por qué en esta sociedad las organizaciones profesionales, aunque participando de ciertos rasgos comunes con los gremios de la Europa medieval, eran completamente distintos socialmente hablando. También explica por qué en una tal sociedad el caudillaje autocrático supremo es la regla general". 


Aquí el libro para descargar:

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