El partido bolchevique, ni partido campesino ni obrero, es un partido de iluminados.


El partido bolchevique no era un partido obrero, era un partido que usaba a los obreros para llegar al poder y hacer la supuesta revolución socialista que nunca llegó. Veamos.

"Del 8 al 11 de junio de 1918, Dzerzhinsky presidió la primera conferencia pan-rusa de chekas, a las que asistían un centenar de delegados de cuarenta y tres seccionales, que totalizaban ya unos doce mil hombres -serán cuarenta mil a finales de 1918, más de doscientos ochenta mil a inicios de 1921-. Afirmándose por encima de los soviets, e incluso por encima del partido, señalaron algunos bolcheviques, la conferencia declaró que asumía en todo el territorio de la república el peso de la lucha  contra la contrarrevolución, en su condición de órgano supremo del poder administrativo de la Rusia soviética. El organigrama ideal adoptado como consecuencia de esta conferencia ponía de manifiesto el vasto campo de actividad transferido a la policía política desde junio de 1918, es decir, antes de la gran oleada de insurrecciones 'contrarrevolucionarias' del verano de 1918. Calcada sobre el modelo de la casa madre de la Lubianka, cada cheka de provincia debía, en los plazos más breves, organizar los departamentos y oficinas siguientes: 1-departamento de información. Oficinas: ejército rojo, monárquicos, cadetes, eseristas de derecha y mencheviques, anarquistas y delincuentes de derecho común, burguesía y gente de iglesia, sindicatos y comités obreros, súbditos extranjeros. En relación con cada una de estas categorías, las oficinas respectivas debían elaborar las listas de los sospechosos. 2- departamento de lucha contra la contrarrevolución. 3- departamento de lucha contra la especulación y los abusos de autoridad. 4-departamento de transportes y vías de comunicación y puertos. 5- departamento operativo, que reagrupa a las unidades especiales de la cheka".

El mismo Dzerzhinsky diría unos meses antes de esta conferencia las directrices a Eiduk, su plenipotenciario en Tver, directrices  que seguiría este derrotero defensivo de la "revolución":

"Los obreros, influidos por los mecheviques, los eseristas, y otros cerdos contrarrevolucionarios, se han declarado en huelga y se han manifestado a favor de la constitución de un gobierno que reúna a todos los 'socialistas'. Debes fijar por toda la ciudad una proclama indicando que la cheka ejecutará sobre el terreno a todo bandido, ladrón, especulador y contrarrevolucionario que conspire contra el poder soviético. Establece una contribución extraordinaria sobre los burgueses de la villa. Cénsalos. Estas listas serán útiles aunque no se muevan nunca. Me preguntas con qué elementos hay que formar nuestra cheka local. Echa mano de gente resuelta que sepa que no hay nada más eficaz que una bala para hacer callar a alguien. La experiencia me ha enseñado que un número reducido de gente decidida puede hacer cambiar una situación".

También Lenin tendría la oportunidad de demostrar primero que todos que no le tiembla el pulso para fusilar OBREROS: En los meses de mayo y junio, Petrogrado tenía ya setenta incidentes (así le llamaban los bolcheviques para tapar lo que pasaba que no era otra que huelgas y mítines antibolcheviques). El asesinato de Volodarsky fue seguido por una oleada de arrestos sin precedentes en el mundo obrero de Petrogrado. Se convoca a la huelga general el 2 de julio de 1918. Lenin, recontra preocupado envía una carta a Zinoviev, presidente por ese entonces del soviet de Petrogrado. Así Lenin incitaba a ejercer el terror rojo CONTRA  nada menos   LOS OBREROS (aquí no hay campesinos, pequeñoburgueses, sino OBREROS) que hasta hace minutos eran los ÚNICOS SUJETOS REVOLUCIONARIOS : 

"Camarada Zinoviev, acabamos de saber que los obreros de Petrogrado deseaban responder mediante el terror de masas al asesinato del camarada  Volodarsky, y que usted lo ha frenado con los demás miembros del comité del partido de Petrogrado. Protesto enérgicamente! Estamos comprometidos: impulsamos el terror de las masas en las resoluciones del soviet, pero cuando se trata de actuar, obstruimos  la iniciativa absolutamente correcta de las masas. Es inadmisible! Los terroristas van a considerar que somos unos locos blandengues. La hora es extremadamente marcial. Resulta inadmisible estimular la energía y el carácter de masas  del terror dirigido contra los contrarrevolucionarios, especialmente en Petrogrado, cuyo ejemplo es decisivo".


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