La utopía reaccionaria bolchevique





Como bien lo expresa el Grupo Internacionalista Comunista, si el capitalismo es ingobernable por el carácter anárquico del capital, los bolcheviques intentaron un imposible: gobernar al capital. Los bolcheviques, con Lenin a la cabeza (no hay que olvidar esto último), nunca entendieron que el capitalismo podía prescindir del capitalista particular, especialmente cuando tiene a su merced a tan buenos bolcheviques que podían acelerar la tasa de explotación como nunca se había hecho con los Zares
Los bolcheviques no son ni los héroes ni los villanos de la historia, tal como lo ven (suprahistóricamente) los historiadores y organizaciones políticas. Son en realidad el producto y el agente principal de la contradicción revolución-contrarrevolución:

Hemos visto que, a pesar de la insurrección proletaria de octubre de 1917, que forma parte de la más importante ola revolucionaría internacional que hemos conocido, no hubo una transformación anticapitalista (socialista, comunista) de la sociedad rusa. A pesar de la catástrofe de la guerra y la respuesta revolucionaria del proletariado, a pesar de la reproducción ampliada negativa por varios años sucesivos, el proletariado no se dotó de una dirección despótica que actuara contra la dictadura del capital. Ninguna de las medidas adoptadas por los bolcheviques cuestionaba la continuidad del desarrollo del capitalismo en Rusia. Desde el punto de vista clásico (Marx y Engels), la dictadura del proletariado comienza cuando la sociedad no se encuentra más conducida por las leyes del valor, de la valorización del capital, sino por el proletariado como clase dominante, es decir, cuando éste, en tanto que partido, es capaz de dirigir y planificar imperativamente la sociedad: el despotismo del valor de uso, de la producción para las necesidades humanas, contra la valorización, contra la “evolución normal del mercado”, es el elemento decisivo.
La confusión de Lenin existió siempre y se revela en el conjunto de su obra. La identificación económica entre capitalismo de Estado controlado por los obreros y socialismo-comunismo es general en la obra de Lenin. Por otra parte, a cada rato aparecen en la obra de Lenin los supuestos elementos económicos socialistas existentes en Rusia, las “empresas socialistas”, el “intercambio socialista”, la “patria socialista” ... Incluso la instauración del impuesto en especie, que restablece la libertad de comercio después del pago del impuesto, es considerada por Lenin como un “intercambio socialista”. “El impuesto en especie es una de las formas de transición del peculiar comunismo de guerra obligado por la extrema miseria, la ruina y la guerra, a un intercambio socialista justo [sic] de productos. Y este último es, a su vez, una de las formas de transición del socialismo [sic], con las particularidades originadas por el predominio de los pequeños campesinos entre la población, al comunismo [sic]”. Lenin, Sobre el impuesto en especie. ¡Qué no nos vengan por lo tanto a decir que la existencia de las parcelas de socialismo en Rusia es una teoría de traición a Lenin desarrollada por Stalin, Trotsky y compañía, una vez muerto aquél!
Toda otra acepción de la expresión “dictadura del proletariado” liquida su verdadero contenido social revolucionario, y reduce la dictadura a sus aspectos de forma de dominación (en la concepción dominante opuesta a la democracia), de violencia, de fuerza ejercida por un gobierno dado.
Una sociedad en donde los gobernantes y planificadores están obligados a seguir las leyes ciegas que ellos no controlan, en la cual se contentan con realizar estimaciones sobre el futuro, es una sociedad en la que gobernantes y planificadores (incluso si creen dirigir) resultan en realidad planificados por un sujeto extraño. En esa sociedad, el Estado es necesariamente el Estado capitalista. Los gobernantes creen gobernar, dirigir, controlar, ser el sujeto de las decisiones, y en realidad son títeres de leyes inmanentes al capital que ellos no hacen sino legitimar y administrar. Cualquier bolchevique reconocía al menos ese ABC en cuanto a la diferencia entre una economía mercantil y una economía dirigida por el proletariado, entre una economía en la cual el hombre es capaz de dirigir (administración de cosas) y una economía que dirige al hombre (incluso a gobernantes y planificadores).

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