Libro necesario para analizar la Revolución rusa

Volin cuenta en el prólogo que puede ser que el lector de este libro no se haga anarquista, pero que le suceda lo que a un viejo profesor que acudió por casualidad a una conferencia libertaria: enmudecerse hasta las lágrimas después de la conferencia. “Soy profesor, tengo los cabellos blancos, y no he sabido hasta hoy que existía una doctrina tan bella, tan notable. Me avergüenzo...”

Otro empujón táctico que da Piotr Arshinov a leer su obra es verdaderamente trascendental: 

"Nuestra Revolución Rusa es, sin duda, y hasta el presente, una revolución política que realiza con fuerzas populares intereses extraños al pueblo. El hecho fundamental de esta revolución después de los sacrificios, sufrimientos y esfuerzos revolucionarios de obreros y campesinos, fue la toma del poder político, por un grupo intermedio, la “intelligentzia” socialista revolucionaria, en realidad, democracia socialista. Se ha escrito mucho sobre esa “intelligentzia” socialista, rusa e internacional. Generalmente fue elogiada y llamada portadora de ideales humanos superiores, luchadora de la verdad. Algunas veces, fue criticada. Todo lo que se dijo y escribió sobre ella, lo bueno y lo malo, tiene un defecto esencial: es ella misma la que se definió, criticó y alabó".

Aquí una obra que aporta una de esas miradas ocultadas por los vencedores, que no fue precisamente el proletariado sino aquella casta de intelectuales que dirigieron el partido bolchevique y se arrogaron el poder de decidir cómo se hace una revolución socialista y que hoy todavía tiene representantes con el mismo pensamiento usurpador y demagógico. 

Como bien lo dice Arshinov, una cosa es la Revolución de Octubre y otra muy distinta el resultado de esa revolución. Una cosa fueron las consignas bajo las cuales las masas hicieron la revolución (Las fábricas a los obreros y la tierra a los campesinos) y otra fue lo que realmente ocurrió: el capitalismo no se destruyó sino que se reformó. El asalariado y la explotación quedaron en pie, y para peor, el estado siguió oprimiendo incluso más que antes. 

La Revolución Rusa no fue un hecho, sino un proceso histórico que reunió innumerables variables que fueron dejadas de lado por los historiadores (de izquierda y derecha) y obviamente por los partidos que siguieron reproduciendo la misma lógica sectaria que iniciaron Lenin, Trotsky y su sucedáneo Stalin. Si realmente quieren saber por qué el modelo soviético es y será despreciado por los trabajadores empiecen por leer esta obra.