Dictadura de clase o dictadura de partido

No había leído a completitud este libro hasta hace una semana. Tenía algunos fragmentos, algunos resúmenes y referencias de otros lectores que solo me daban un pantallazo obviamente direccionado, como cualquier parcialidad suele ofrecer. Hace unos días logré terminarlo de leer completo. Sin ser un “renegado” del socialismo como me tildaría el propio Lenin a través de su adjetivación de “izquierdista, debo decir que este libro de Lenin es quizás su peor trabajo intelectual (solo leí algunas de sus obras claves y no tengo el tiempo ni el interés de leer los más de cuarenta tomos), y sostengo con sus críticos que no es más que un folleto que operó como fundamento "teórico" para la gran purga (lindo nombre para un película) luego de la toma del poder por el bolchevismo. 

Leamos cómo el más grande pragmático organizador de la revolución rusa "destrozaba" (según sus seguidores) las críticas de aquellos que observaban la monstruosidad de una inminente dictadura del partido en Rusia, pero como si no fuera ya grave le sumaba el planteo delirante y abominable de pretender que a través de la III internacional la cúpula bolchevique dirigiera todos los partidos comunistas del mundo por sus sobrada prestancia en la toma del poder: 

"Dictadura del partido o dictadura de clase?, ¿dictadura de los dirigentes o dictadura de las masas? Atestigua la más increíble e irremediable confusión de ideas. Estas personas quieren inventar algo enteramente original y, en su afán de ser ingeniosos, caen en el ridículo. Todos saben que las masas se dividen en clases, que solo se puede contraponer las masas con las clases contraponiendo la inmensa mayoría en general –sin dividirla según la posición que ocupa en el sistema social de producción-, con categorías que ocupan una posición especial en el sistema social de producción; que por regla general y en la mayoría de los casos (por lo menos en los actuales países civilizados) las clases están dirigidas por partidos políticos; que los partidos políticos, por regla general, están dirigidos por grupos más o menos estables, compuestos por sus miembros más prestigiosos, influyentes y experimentados, que son elegidos para los cargos de mayor responsabilidad y son llamados dirigentes. Todo esto es elemental. Todo es sencillo y claro. ¿por qué reemplazar esto por no sé qué galimatías…

Tenemos asi, en conjunto, un aparato proletario formalmente no comunista, flexible y relativamente amplio y muy poderoso, por medio del cual el partido está estrechamente ligado a la clase y a las masas, y por medio del cual se ejerce, bajo dirección del partido, la dictadura de la clase”. Lenin. Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo (1920).

Para Lenin la critica a su concepción de partido de hierro, totalmente adaptado a una lógica militarizada, era solo un galimatías. Lo que Lenin pasa por alto aquí es que ya desde diciembre de 1917 había fundando la Checa, un organismo parapolicial que sembró el terror a través de fusilamientos sumarios a todo supuesto contrarrevolucionario, lo que contextualizándolo con lo dicho por Lenin en su defensa contra la acusación de que la revolución rusa fue en realidad una dictadura de partido, esclarece el asunto. Los soviets, junto con los congresos del partido comunista y toda manifestación con respecto a la política bolchevique, especialmente la planteada por el padre Lenin, estaban controladas y acechadas por los chequistas, como lo atestiguan los múltiples de trabajos historiográficos sobre aquellos años, lo que para nada puede suponerse (ingenuamente) que las decisiones a mano alzada y las intervenciones eran libres (los anarquistas pueden dar cuenta de esto mejor que nadie). Viéndolo así, esa intención de la revolución mundial a través de los designios del sovietismo hoy me parecen más que contrarrevolucionarios, delirios absolutistas. Lo vengo sosteniendo, no solo el estalinismo plantea el gulag, lo plantean todos los partidos leninistas.