La "inteligentzia" rusa como base del marxismo falopa posterior
“Para comprender los orígenes del comunismo ruso y hacer
inteligible el verdadero carácter de la revolución, es necesario saber lo que
representa esa manifestación tan original que se denomina en Rusia
“inteligentzia”. El Occidente podría cometer el error de identificarla con un
grupo de intelectuales. Los intelectuales son aquellos a quienes corresponden
la labor y la creación intelectuales, sabios, escritores, profesores, etc.
Ahora bien, la inteligentzia rusa representa una formación completamente
diferente, a la que pueden pertenecer hombres cuyas ocupaciones no son de orden
intelectual y que no son ellos mismos intelectuales, mientras que, en cambio,
los sabios y los letrados pueden no formar parte de ella. La inteligentzia
debería ser comparada más bien con una orden monástica, con una secta que posee
su moral propia, muy intransigente, una concepción del mundo a la cual nadie
puede renunciar, hábitos y costumbres particulares y hasta un aspecto físico
por el que son reconocibles sus adeptos. La inteligentzia ha sido, pues, una
colectividad ideológica, y no profesional o económica, elegida en diversas
clases sociales; […]
Los hombres de la inteligentzia están absorbidos por una
idea, social generalmente, y se consagran a ella exclusivamente. Sometidos a un
régimen de estrecha vigilancia política, se encuentran aislados de la realidad
circundante, y esa circunstancia servirá poderosamente al desenvolvimiento de
su ideología pura. […] La extrema intransigencia constituye para ella una
autodefensa, la única manera de defenderse contra un mundo enemigo, y de salvar
su carácter distintivo. Para ella, tan penetrada de palabras de orden social y
de tendencias revolucionarias, la característica normal del individuo apto para
llegar a ser un revolucionario será un dogmatismo intolerante, dogmatismo que responde
precisamente a la naturaleza profunda de los rusos. Los rusos han demostrado
una disposición especial para adoptar las ideas occidentales y agitarlas luego
según su modo particular. Ahora bien, ese modo particular consiste casi siempre
en introducir en ellas el dogmatismo. Lo que en Occidente era una teoría
científica, sujeta a la crítica, una hipótesis o, en todo caso, una verdad
relativa y parcial, sin pretensión de universalidad, se convierte para la
inteligentzia rusa en una afirmación que confina con la revelación religiosa”.
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