Cómo la GPU reventó a uno de los más eruditos ucranianos
Los bolcheviques y sus defensores modernos suelen hablar del servicio de contrainteligencia soviético (Cheka, GPU, etc.) de una manera muy, pero muy liviana. Se suele "defender" aquellos crímenes con el siempre y ponderado "contexto" de guerra, sin nunca detenerse en la gravedad del peligro de los medios con que se da pelea en la guerra que dicen librar.
Pero caracterizar a una institución como la Cheka o GPU,
dependiendo de las posiciones tomadas por cada caracterizador no sirve más que
para marcar las diferencias políticas sobre los interlocutores. La cuestión
central para quien realmente quiere comprender el valor y la esencia de lo que
fueron aquellas prácticas políticas que se consideraron -y se consideran
todavia- revolucionarias, es analizar qué fue realmente aquel
método y los principios que rigieron una institución parapolicial (no solo
militar) que podía meter preso o fusilar a quien quisiera.
Utilicemos como caso testigo el del máximo
erudito ucraniano del siglo XX, Mykhailo Serhiyovych Hrushevsky, uno
de los más grandes historiadores de aquellas tierras que ha dejado para la posteridad una obra
monumental sobre el pasado de Ucrania.
Hrushevsky como referente indiscutible de la intelectualidad
ucraniana, aspirante serio a la Academia de Ciencias y, por tanto, un poderoso
formador de opinión, fue monitoreado por la GPU, lo cual sumado a su tendencia
a glorificar el pasado ucraniano le valió la calificación de "elemento
social sospechoso". Comenzaban allí a desarrollarse con él las
prácticas "revolucionarias" de la GPU.
El estudio que dejo abajo de los 9 volúmenes que
componen el archivo del pobre Hrushevsky demuestran que este
baluarte de la historiografia fue asesinado (envenenado) por el solo hecho de
querer seguir escribiendo con demasiado "entusiasmo" sobre el pasado
de su país. Su aparente chovinismo significó la puerta de entrada para los
informantes de la GPU; luego fue muy fácil unir "cabos" e ir llevando
al partido a la "conclusión" de que Hrusshevsky quería realizar un
trabajo clandestino para los socialistas revolucionarios. Quien lea estos
documentos puede dar cuenta de que es imposible entender el proceso
revolucionario sin tener en cuenta el funcionamiento criminal del servicio de
contrainteligencia soviético. Incluso todas las consignas visibles del partido
pierden su razón de ser cuando lo que pasa en las sombras es lo que determina
la lucha política en la realidad. Caer bajo los "servicios"
soviéticos era convertirse en un Josef K. del proceso bolchevique.
Por eso los relatos oficiales, sean de
derecha o izquierda, siempre son eso, relatos. A los que no tienen poder, lo
único que nos queda es desentrañar dentro del relato, qué es ficción y qué es
realidad, eso para mí es un básico acto revolucionario.
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